Si bien las preguntas de Juanito pueden resultar un poco infantiles o absurdas, este momento es una invitación a pensar sobre “el origen de lo que comemos”.
Para muchos niños que viven en la ciudad, la comida es algo que se compra en el supermercado, en el almacén, en la verdulería o en un restaurante; pero raramente asocian a los alimentos con su origen natural. Sobre todo cuando se trata de productos más elaborados, como galletitas, golosinas, hamburguesas, etc.
Esto sucede también con otros productos, o con servicios de uso diario, que tienen origen en un recurso natural, como el agua, el gas o la electricidad. Y no solo los niños sino todos, en la vida urbana moderna, vamos perdiendo cada vez más la noción del origen natural de aquello de lo que nos abastecemos cotidianamente. Por eso, es necesario tomar conciencia de todos los aspectos de la vida diaria que se relacionan con, y dependen de, la explotación de bienes naturales, para fomentar un espíritu crítico acerca de las formas de obtención, uso y apropiación de los mismos.
Para muchos niños que viven en la ciudad, la comida es algo que se compra en el supermercado, en el almacén, en la verdulería o en un restaurante; pero raramente asocian a los alimentos con su origen natural. Sobre todo cuando se trata de productos más elaborados, como galletitas, golosinas, hamburguesas, etc.
Esto sucede también con otros productos, o con servicios de uso diario, que tienen origen en un recurso natural, como el agua, el gas o la electricidad. Y no solo los niños sino todos, en la vida urbana moderna, vamos perdiendo cada vez más la noción del origen natural de aquello de lo que nos abastecemos cotidianamente. Por eso, es necesario tomar conciencia de todos los aspectos de la vida diaria que se relacionan con, y dependen de, la explotación de bienes naturales, para fomentar un espíritu crítico acerca de las formas de obtención, uso y apropiación de los mismos.