Los personajes “non sanctos” de esta historia…

El personaje de Nonsanto es, claro está, una parodia a la multinacional Monsanto.
Monsanto es la empresa semillera más grande del mundo: controla una quinta parte del mercado mundial de semillas y ha sido (y sigue siendo) uno de los principales promotores de la introducción de semillas trangénicas en los cultivos mundiales. A finales de los 90's, la venta de los herbicidas a base de glifosato utilizados para rociar los cultivos transgénicos, representaba la mitad del total de sus ingresos.
Sin embargo, en el personaje de Nonsanto buscamos representar también, simbólicamente, al poder de todas las corporaciones, y del resto de los actores involucrados en nuestro modelo de producción, que de manera ambiciosa hacen primar sus intereses económicos por sobre las consecuencias sociales, ambientales y de salud, de los negocios que promueven. La realidad es compleja, y en ella se entrelazan el accionar deliberadamente inescrupuloso de algunas compañías y empresarios, con la inacción y corruptela del Estado, la connivencia del sistema científico, la inercia de ciertos sectores sociales, y muchos factores más. No se trata de reducir el problema a una cuestión de “buenos” y “malos” (si bien en El cuento de la buena soja se use este recurso, además tan clásico de la literatura infantil), pero sí queremos resaltar que este modelo de exclusión tiene responsables, que se enriquecen con argumentos falsos y métodos fraudulentos.

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