Y como si esto fuera poco, ¡llegaron los biocombustibles!

En el último tiempo, al mercado de la soja se le ha sumado el de su uso para la producción de agrocombustibles*.

Los agrocombustibles son combustibles para autos, hechos a partir del aceite que se extrae de algunas plantas, como por ejemplo la soja, el maíz y la caña de azúcar.

Son muchas las voces que alertan acerca del impacto que dicha producción tiene sobre la accesibilidad y precio de los alimentos, sobre el ambiente, y sobre las pequeñas economías regionales. Estas mismas voces críticas, señalan además, que los agrocombustibles no son una solución al problema energético, ni al calentamiento global, tal como lo promocionan quienes están detrás del negocio. Como se trata combustible obtenido a partir de “plantas”, las publicidades sobre biocombustibles* los pintan como una alternativa “limpia”, “ecológica”, a las problemáticas energéticas. ¡Esto es totalmente falso! Según lo demuestra el análisis de su eficiencia y de su ciclo de vida, desde la producción hasta el uso y las emisiones. Por un lado, la producción de agrocombustibles a escala industrial depende de los combustibles de origen fósil para el funcionamiento de sus plantas de procesamiento y de la flota de transporte, tanto camiones como buques cisterna. Por otra parte, la producción de agrocombustibles a escala comercial, con la consecuente expansión de zonas agrícolas, implica un incremento sustancial en la demanda de agua, en la explotación de nutrientes del suelo, y en la contaminación por agroquímicos.

Por eso, los agrocombustibles no son una opción “ecológica”… ¡no dejemos que nos hagan el cuento!


Aquí, la elocuencia de algunas voces a favor y en contra, hablan por sí solas…


Voces en contra:

Ing. Enrique Martínez, presidente del INTI:
“La política de biocombustibles –bajo su look renovador– resulta funcional a las petroleras, que mantienen el actual sistema centralizado de distribución de combustibles. En cambio, se pierde de vista lo más sensato: ahorrar energía a gran escala”.
"... La verdadera energía renovable y sustentable es aquella que se obtiene en forma directa del sol, del aire o del agua... La energía sustentable, así llamada, a partir de cultivos energéticos, interfiere con la producción de alimentos; ha generado ya un aumento de precios durante el año pasado de más del 30% del maíz, ha deteriorado la canasta básica de los mexicanos, está en camino de deteriorar la canasta básica de los venezolanos, va a aumentar el precio de la tierra con lo cual va a afectar todos los otros costos de todos los otros alimentos, y todo eso fruto de la política norteamericana de tratar de encontrar una señal que los haga depender menos del petróleo, pasando a reemplazar el petróleo por etanol pero manteniendo los sistemas de distribución concentrados de combustibles que ellos tienen".


Ing. Agr. Walter Pengue, investigador del Conicet y miembro del Grupo de Ecología del Paisaje y Medio Ambiente de la UBA:

“Decidir si inyectar nuestra comida en los tanques de combustible de 800 millones de automóviles o hacerla más accesible para los estómagos de casi 2.000 millones de seres humanos no es una cuestión menor. Además, la aparente disminución de la emisión de gases del efecto invernadero no toma en cuenta que la industria petrolera va a volcarse a la fabricación de nuevos agroquímicos y fertilizantes, lo que va a profundizar la sobreexplotación de la tierra y la presión sobre la biodiversidad de especies.”


Climatólogo Osvaldo Canziani, del Programa de Estudios de Procesos Atmosféricos en el Cambio Global de la UCA:

“No está demostrado que los biocombustibles generen un beneficio ambiental”.


Voces a favor:


Empresario Julio César Gutiérrez, presidente de la Fundación Campo en Acción:
“El mundo está demandante y podemos expandir nuestras fronteras agrícolas…
No nos embarquemos en debates falsos... “Son discusiones que nos hacen perder tiempo. Que otros adviertan: nosotros producimos”.

Ing
. Agr. Fernando Vilella, director del Programa de Agronegocios de la UBA:
(Consultado en relación con la suba de precios a raíz del negocio de los agrocombustibles):
“Que suba el precio de la soja, el maíz, los aceites o las carnes que exportamos, es una buena noticia para la Argentina. En todo caso, lo que también tienen que subir son los sueldos.”
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*¿Biocombustibles o agrocombustibles?
Más que una cuestión de terminología…

Biocombustible es un término general con el cual se denomina a cualquier tipo de combustible que derive de biomasa. Al comienzo, para la obtención de estos combustibles se utilizaban desechos agrícolas o desechos metabólicos, como el estiércol.
Pero la actual generación de “biocombustibles” tiene su origen en cultivos agrícolas a gran escala,
bajo estrategias agroindustriales con fuerte sesgo empresarial, e importantes impactos ambientales, sociales y económicos. Y como el prefijo “bio” tiene una connotación de “vida”, entre quienes nos oponemos a la expansión de este mercado, el término “biocombustibles” no resulta engañoso e ideológicamente incompatible con su verdadero sentido, de modo que utilizamos la denominación “agrocombustibles” para remarcar su vinculación con la producción agrícola y los agronegocios.

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